En la actualidad, las amenazas a la ciberseguridad y las vulnerabilidades están por todas partes, y las organizaciones tienen que controlarlas para seguir siendo competitivas. El panorama de las amenazas evoluciona constantemente. Afortunadamente, ahora contamos con potentes herramientas impulsadas por IA que están ganando popularidad, como los modelos lingüísticos impulsados por IA. Mientras que los modelos lingüísticos responden instantáneamente a preguntas sencillas como "¿Cómo prevenir el phishing por correo electrónico?" o "Escríbeme una redacción", las soluciones de ciberseguridad basadas en IA desempeñan un papel activo en la detección de ataques, la mitigación y la respuesta a incidentes. Sin embargo, la IA no es perfecta. Aunque parte de la información suele ser precisa,
todavía tiene algunos inconvenientes y puede difundir información errónea. Para descubrir vulnerabilidades importantes, nuestra guía puede ser un buen punto de partida.
Puntos clave
- La IA mejora tanto las defensas de ciberseguridad como la sofisticación de los ataques (por ejemplo, los deepfakes utilizados en ingeniería social).
- El malware evoluciona con variantes como el ransomware como servicio (RaaS), lo que exige una prevención y respuesta sólidas.
- El phishing y las tácticas de ingeniería social, incluidos el Business Email Compromise (BEC) y la suplantación de marcas, explotan la confianza humana.
- Para hacer frente a las vulnerabilidades del software (p. ej., Zero-days, exploits de formatos de archivo) y a los errores humanos, se requieren actualizaciones periódicas, formación y autenticación del correo electrónico (DMARC, SPF, MTA-STS).
- Las nuevas amenazas derivadas de las vulnerabilidades del IoT y los ataques a la cadena de suministro amplían el alcance de las medidas de seguridad necesarias.
Amenazas comunes a la ciberseguridad
1. Ataques de malware
El software malicioso implica acciones realizadas para infiltrarse y dañar los ordenadores y sus sistemas. El software malicioso puede presentarse en muchas formas diferentes, a menudo a través de adjuntos de correo electrónico, enlaces o descargas. Los virus y los troyanos son dos de estas formas. Una vez instalado, el malware puede acceder a información personal, registrar pulsaciones de teclas o tomar el control de un ordenador.
Virus: Cuando se lanza, un virus informático puede infiltrarse en diferentes programas y autorreplicarse. A su vez, ralentiza los sistemas e intenta propagarse a nuevos dispositivos mediante archivos infectados.
Troyanos: Estas amenazas dirigidas suelen hacerse pasar por software legítimo pero contienen código malicioso oculto. Están destinados a ciberdelincuentes que buscan puntos de entrada injustificados en los sistemas.
Ransomware: Cuando un ransomware se infiltra en archivos o sistemas, bloquea el acceso cifrando los datos y exige un pago, a menudo en criptomoneda, por la clave de descifrado. Si no se paga el rescate en el plazo fijado por el atacante, los archivos pueden perderse permanentemente. Casos muy sonados como WannaCry y NotPetya causaron grandes trastornos. La mayoría del ransomware encripta archivos con extensiones comunes, como .exe, aunque también puede dirigirse a tipos de archivo específicos. El ransomware puede desplegarse a menudo a través del correo electrónico. Los subtipos incluyen Ransomware-as-a-Service (RaaS), donde los ciberdelincuentes venden herramientas de ransomware en la nube; Crypto-Ransomware/Encryptors que cifran archivos que requieren una clave; Scareware que utiliza advertencias falsas para asustar a las víctimas para que paguen; Lockers que bloquean archivos hasta el pago; y Doxware/Leakware que amenazan con publicar los datos de la víctima en lugar de simplemente cifrarlos.
Programas espía: Los programas espía recopilan información de los dispositivos de los usuarios sin su conocimiento. Esta información incluye contraseñas y otros datos personales, que los atacantes pueden robar y vender.
Para evitar el malware, no descargue ni abra nunca archivos adjuntos de fuentes desconocidas. Utilice siempre programas antivirus y manténgalos actualizados. Ten cuidado al hacer clic en los enlaces de los correos electrónicos, sobre todo si proceden de un remitente desconocido.
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2. Phishing e ingeniería social
Los ataques de suplantación de identidad utilizan trucos de manipulación, a menudo a través del correo electrónico, para engañar a las personas con el fin de que proporcionen datos confidenciales (como credenciales de inicio de sesión o detalles financieros), hagan clic en enlaces maliciosos, descarguen archivos adjuntos dañinos o tomen otras medidas perjudiciales. La ingeniería social, que se aprovecha de la psicología, la confianza y las emociones humanas, suele desempeñar un papel en estos ataques.
Correos electrónicos de phishing: Los atacantes envían correos electrónicos falsos diseñados para parecer legítimos, a menudo haciéndose pasar por marcas de confianza, bancos, organismos gubernamentales o incluso ejecutivos de empresas. Su objetivo es convencer a los destinatarios para que hagan clic en enlaces maliciosos que conducen a sitios web falsos, inicien descargas que contienen malware o revelen datos personales. Estos correos electrónicos pueden utilizar diversos temas, como la ansiedad por una pandemia, la suplantación de marcas, falsas notificaciones de envío (con temática postal), peticiones urgentes o promesas de recompensas, o facturas fraudulentas. El Business Email Compromise (BEC) es un tipo específico de phishing en el que los atacantes se hacen pasar por altos ejecutivos (fraude del CEO) o abogados para engañar a los empleados para que transfieran fondos o divulguen información confidencial. Otras formas de BEC incluyen el compromiso directo de cuentas de empleados o simples intentos de robo de datos por correo electrónico.
Estafas de ingeniería social: Los estafadores explotan a las víctimas aprovechándose de la psicología humana, la confianza y las emociones. Utilizan métodos como la suplantación de identidad, las estafas de pretexto (crear un escenario inventado), el cebo (ofrecer algo tentador como una descarga gratuita), el seguimiento (seguir físicamente a alguien hasta una zona segura) y, cada vez más, las falsificaciones generadas por IA para manipular a los objetivos. El scareware, una forma de ingeniería social (y a veces ransomware), utiliza advertencias falsas para asustar a los usuarios y hacer que tomen medidas perjudiciales. El objetivo final suele ser extraer dinero o información confidencial.
Para evitar ser víctima del phishing y la ingeniería social: desconfíe de los correos electrónicos de remitentes desconocidos o que soliciten información personal; compruebe siempre la legitimidad de la dirección de correo electrónico del remitente y la URL de los enlaces antes de hacer clic o introducir credenciales; nunca haga clic en enlaces sospechosos ni descargue archivos adjuntos inesperados; fíjese en solicitudes o tonos inusuales. La aplicación de protocolos de autenticación de correo electrónico como DMARC, SPF y DKIM ayuda a verificar la identidad del remitente y protege contra la suplantación de dominios utilizada en muchos ataques de phishing.
3. Ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS)
Ataques DDoS (denegación de servicio distribuido) tienen como objetivo servicios en línea, sitios web o redes. Lo hacen mediante el envío de un volumen abrumador de tráfico en su dirección, con el objetivo de hacer que el objetivo no esté disponible para los usuarios legítimos.
Los objetivos incluyen sitios web, redes y servidores accesibles a través de conexiones HTTP. Estos son atacados por botnets (redes de ordenadores infectados), dispositivos IoT comprometidos u otros ordenadores secuestrados. Los atacantes utilizan estos recursos para ataques DDoS contra objetivos de alto perfil. Durante 2023, se produjo un aumento del 47% de los ataques en comparación con el año anterior.
Nuevas amenazas a la ciberseguridad
1. Vulnerabilidades de IoT
La Internet de las Cosas (IoT) conecta dispositivos sensoriales o de software cotidianos con otros dispositivos a través de la web para facilitar su uso. A medida que las organizaciones integran cada vez más dispositivos IoT en su infraestructura, la defensa de las aplicaciones en la nube se vuelve crucial para salvaguardarlas de las posibles vulnerabilidades introducidas por estos dispositivos. También existen amenazas potenciales para la seguridad y la privacidad:
Problemas de seguridad: Los dispositivos del Internet de las Cosas carecen a menudo de sólidas funciones de seguridad, lo que los deja expuestos a ciberataques. La falta de actualizaciones de firmware aumenta las vulnerabilidades, lo que convierte a dispositivos como las cámaras domésticas inteligentes y los equipos médicos en objetivos para usos malintencionados, con la posibilidad de ser cooptados en redes de bots para ataques DDoS. Estos riesgos se extienden a varios contextos, incluida la ciberseguridad en los viajes, donde la conexión a redes no fiables puede exponer datos sensibles.
Preocupación por la privacidad: Los dispositivos de recopilación de datos IoT podrían recoger información personal sensible, comprometiendo la privacidad de las personas. Cualquier acceso no autorizado puede suponer una amenaza para el bienestar de una persona.
2. Amenazas de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático
La IA y el aprendizaje automático (ML) prometen un gran potencial en ciberdefensa. Con ello, los atacantes pueden abusar de su poder:
Ataques basados en inteligencia artificial: Los ciberdelincuentes utilizan algoritmos de IA para que los ataques sean más difíciles de detectar y más personalizados. Están aumentando los niveles de sofisticación mediante el descubrimiento automatizado de vulnerabilidades y la creación de deepfakes convincentes (vídeos o audios falsos realistas) que pueden empeorar significativamente los riesgos de ingeniería social.
Defensa potenciada por la IA: Los expertos en seguridad confían en las herramientas de IA/ML para detectar las amenazas más rápidamente y responder a ellas con mayor eficacia. Utilizan mecanismos adaptativos que aprenden del tráfico de red y del comportamiento de los usuarios para identificar anomalías y adaptarse a nuevos patrones de ataque.
3. Ataques a la cadena de suministro
Los ataques a la cadena de suministro se aprovechan de la relación de confianza entre una organización y sus proveedores, contratistas o socios:
Actualizaciones de software comprometidas: Los atacantes pueden infiltrarse en la cadena de suministro de software de una organización, quizás comprometiendo a un proveedor, y distribuir código malicioso disfrazado de actualizaciones legítimas. Estas actualizaciones se infiltran en los ordenadores de los usuarios desprevenidos, provocando más caos y daños, como la violación de datos o la toma del control del sistema.
Riesgos de terceros: Las organizaciones pueden enfrentarse a riesgos cibernéticos originados por terceros proveedores y vendedores que tienen posturas de seguridad más débiles. Las brechas en un proveedor podrían exponer los datos de la organización o proporcionar un punto de entrada a su red, lo que podría dar lugar a violaciones de datos, pérdidas financieras y daños significativos a la reputación de la organización. Utilizar soluciones de gestión de terceros puede ayudar a mitigar estos riesgos mediante la supervisión continua de las prácticas de seguridad de los proveedores y garantizando el cumplimiento de las normas de ciberseguridad.
Tipos de vulnerabilidades de ciberseguridad
Las vulnerabilidades de la ciberseguridad Las vulnerabilidades de ciberseguridad se presentan en diversas formas y suponen distintas amenazas para los datos y sistemas de las organizaciones. Actúan como puertas de entrada para los ciberatacantes. Hay dos categorías principales: las vulnerabilidades técnicas que afectan al software y a los sistemas, y las vulnerabilidades relacionadas con el ser humano que se derivan del comportamiento y las acciones de los usuarios.
1. Vulnerabilidades del software y del sistema
Se trata de fallos en el código o en las configuraciones del sistema que los atacantes pueden explotar. Los tipos más comunes incluyen:
Software sin parches: No aplicar parches y actualizaciones de seguridad con regularidad deja los sistemas expuestos a vulnerabilidades conocidas que los atacantes buscan activamente explotar. Las actualizaciones periódicas de software y los parches de seguridad proporcionan defensas muy necesarias, y el software de gestión de parches puede ayudarle con esto mediante la búsqueda automática y el despliegue de actualizaciones críticas.
Vulnerabilidades de día cero: Se trata de fallos desconocidos para el proveedor de software o para el público cuando son explotados por primera vez por los atacantes. Los investigadores de seguridad y los proveedores de software trabajan para identificar y parchear estos problemas, pero hay una ventana de oportunidad para los atacantes antes de que la solución esté disponible.
Ataques basados en exploits: Los atacantes utilizan fragmentos de código específicos (exploits) para aprovecharse de las vulnerabilidades. Puede tratarse de kits de exploits para navegadores (anuncios maliciosos que conducen a descargas de malware a través de fallos del navegador), exploits de formato de archivo (incrustación de código malicioso en archivos aparentemente inofensivos, como documentos de Word o PDF) u otras técnicas dirigidas a puntos débiles específicos del software.
Ataques Man-in-the-Middle (MITM): Se producen cuando un atacante intercepta las comunicaciones entre dos partes, pudiendo alterar los mensajes o robar información sensible como credenciales transmitidas a través de conexiones inseguras. Para mitigarlo, se recomienda cifrar los datos en tránsito. Protocolos como MTA-STS ayudan a proteger la transmisión del correo electrónico al aplicar el cifrado Transport Layer Security(TLS) entre servidores de correo. Busque correos electrónicos firmados digitalmente o utilice el cifrado de extremo a extremo siempre que sea posible.
2. Errores humanos y amenazas internas
Las acciones humanas, ya sean intencionadas o accidentales, plantean importantes riesgos de ciberseguridad:
Susceptibilidad al phishing y a la ingeniería social: Los empleados pueden hacer clic inadvertidamente en enlaces maliciosos, descargar programas maliciosos o divulgar información confidencial en respuesta a ataques de phishing y estafas de ingeniería social. Los programas de formación y concienciación son cruciales para ayudar a los empleados a reconocer y evitar estas amenazas.
Amenazas internas: Las amenazas pueden proceder de empleados actuales o antiguos, contratistas o socios que tienen acceso autorizado a sistemas y datos. Pueden ser accidentales (por ejemplo, desconfiguración de un sistema) o malintencionadas (por ejemplo, robo intencionado de datos, sabotaje). Los ataques internos pueden provocar filtraciones de datos, interrupciones operativas y pérdidas financieras.
Malas prácticas de seguridad: Las contraseñas débiles, compartir credenciales, utilizar una red Wi-Fi no segura o caer en el spam pueden crear vulnerabilidades. Los correos electrónicos basura, que son mensajes masivos no solicitados que a menudo promocionan productos o distribuyen programas maliciosos, pueden gestionarse con filtros antispam, pero el usuario debe ser precavido. Evite facilitar innecesariamente su dirección de correo electrónico en Internet y no interactúe nunca con correos sospechosos. Sender Policy Framework (SPF) ayuda a verificar los remitentes de correo electrónico para combatir el spam y la suplantación de identidad.
Vulnerabilidad de suplantación de identidad: Los atacantes pueden falsificar las cabeceras del correo electrónico (spoofing) para hacer que los mensajes parezcan proceder de una fuente de confianza. Compruebe siempre la dirección del remitente y desconfíe de las solicitudes inusuales. La autenticación del correo electrónico, como DMARC, está diseñada específicamente para combatir la suplantación directa de dominio.
Estas vulnerabilidades humanas pueden mitigarse mediante una sólida formación en materia de seguridad, fuertes controles de acceso, vigilancia de actividades sospechosas y soluciones técnicas como VPN para Windows, que cifra el tráfico de Internet y protege los datos, especialmente en el caso de los trabajadores remotos y los que utilizan redes Wi-Fi públicas.
Palabras finales
El panorama digital está lleno de amenazas y vulnerabilidades en constante evolución. Esto significa que las organizaciones y las personas deben mantenerse alerta y proactivas en todo momento para permanecer seguras en línea. Mantenernos informados sobre la diversidad de amenazas -desde el malware sofisticado y los ataques impulsados por la inteligencia artificial hasta la ingeniería social inteligente y los riesgos de la cadena de suministro- e invertir continuamente en medidas de seguridad sólidas es de suma importancia.
Conociendo las distintas amenazas y vulnerabilidades de la ciberseguridad, aplicando defensas técnicas como la aplicación de parches y la autenticación del correo electrónico, y fomentando una cultura de concienciación sobre la seguridad, podemos proteger mejor nuestros activos digitales. Ser proactivo es la única forma eficaz de avanzar en el complejo entorno cibernético actual.
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