Puntos clave
- Las APT suelen estar orquestadas por agentes de amenazas bien financiados y altamente cualificados, a menudo vinculados a naciones o grupos organizados de ciberdelincuentes, con el objetivo de robar datos confidenciales, vigilar las comunicaciones o sabotear los sistemas.
- Las APT siguen un ciclo de varias etapas que abarca el reconocimiento, la entrada, la persistencia, el movimiento y el robo de datos.
- La protección contra las APT requiere una seguridad en capas: supervisión, actualizaciones periódicas, formación de los empleados y planes de respuesta a las amenazas.
Los ciberdelincuentes siguen desarrollando sofisticadas herramientas de ataque, incluso cuando las tecnologías de seguridad empresarial, como el software antivirus y los cortafuegos, avanzan en la detección y detención de las amenazas. Muchas estrategias de ciberseguridad siguen basándose en el supuesto de que los atacantes eligen sus objetivos al azar.
Si una red tiene defensas lo suficientemente fuertes, la lógica dice que el atacante simplemente se moverá a un objetivo más fácil. Sin embargo, este supuesto ya no se sostiene ante las amenazas persistentes avanzadas (APT).
A diferencia de los ataques oportunistas, los APT son muy selectivos. Seleccionan víctimas específicas y continúan sus esfuerzos sin descanso, independientemente de la fortaleza de las defensas de la red, hasta que tienen éxito.
¿Qué es una amenaza persistente avanzada?
Una amenaza persistente avanzada es esencialmente un ciberataque prolongado y selectivo en el que un intruso se infiltra secretamente en una red y permanece oculto durante un largo periodo de tiempo. Este tipo de amenazas suelen estar orquestadas por actores bien financiados y altamente cualificados, a menudo vinculados a naciones o grupos organizados de ciberdelincuentes, con el objetivo de robar datos confidenciales, vigilar las comunicaciones o sabotear los sistemas.
A diferencia de los ciberataques ordinarios, que suelen atacar de forma oportunista y seguir adelante, una APT está calculada y dirigida para infiltrarse. Para entender todo el peso del término, es útil desglosar lo que cada palabra significa realmente en este contexto:
- Avanzado se refiere al uso de técnicas y herramientas de hacking sofisticadas. Entre ellas se incluyen el malware personalizado, los exploits de día cero, la ingeniería social y los métodos de infiltración sigilosos. Los actores de las APT suelen tener acceso a importantes recursos e invierten mucho en investigación y desarrollo, lo que les permite eludir las medidas de seguridad estándar.
- Persistente describe el compromiso del atacante de mantener el acceso a largo plazo y lograr su objetivo. A diferencia de los hackers oportunistas, que siguen adelante si sus esfuerzos iniciales se ven bloqueados, los actores de APT se adaptan y vuelven a intentarlo utilizando varios enfoques hasta que consiguen comprometer el objetivo. Esta persistencia es metódica y estratégica, más que aleatoria o precipitada.
- Amenaza destaca la gravedad potencial de los daños. Las APT no son molestias menores; plantean graves riesgos para la confidencialidad e integridad de los sistemas y datos críticos. Las consecuencias pueden incluir el robo de datos, trastornos económicos, pérdida de propiedad intelectual o incluso violaciones de la seguridad nacional.
Cómo funcionan las amenazas persistentes avanzadas
Las APT operan metódicamente, siguiendo un ciclo de vida en varias etapas que permite a los atacantes eludir las defensas silenciosamente y permanecer dentro de un sistema durante largos periodos para extraer el máximo valor de la brecha. El proceso completo abarca las siguientes etapas:
Selección y reconocimiento de objetivos
La selección y reconocimiento de objetivos es la primera fase en la que los atacantes deciden a quién y por qué. por qué. Los objetivos suelen elegirse en función del valor de su propiedad intelectual, sus datos confidenciales o su influencia en sectores críticos como la defensa, las finanzas o la sanidad.
Una vez seleccionado el objetivo, los atacantes comienzan el reconocimiento, recopilando toda la información posible para aumentar sus posibilidades de éxito. Esto puede incluir el escaneo de puertos abiertos, la identificación de sistemas vulnerables, el análisis de las direcciones de correo electrónico de los empleados o incluso el análisis de las redes sociales en busca de información sobre el comportamiento. Cuantos más detalles recopilen, más fácil les resultará diseñar una intrusión con éxito más adelante.
Compromiso inicial y acceso
Esta etapa se ocupa del punto de entrada. Incluso las redes redes seguras son vulnerables a los errores humanos y al software sin parches, que los atacantes explotan activamente.
Los correos electrónicos de phishing (una de las opciones más comunes que utilizan los atacantes para infiltrarse en los sistemas) engañan a los usuarios para que hagan clic en enlaces maliciosos o descarguen archivos adjuntos repletos de malware. Otras tácticas consisten en explotar vulnerabilidades de software conocidas o lanzar ataques de tipo watering hole que infectan sitios web visitados con frecuencia por el objetivo.
Una vez dentro, la prioridad del atacante es pasar desapercibido. Técnicas como la ofuscación de código, el malware sin archivos y el uso de herramientas administrativas legítimas les ayudan a pasar desapercibidos y evitar las alertas de seguridad.
Establecer un punto de apoyo
Una vez conseguido el acceso, los atacantes pretenden asegurarse el acceso a la red a largo plazo. Esto se consigue a menudo instalando puertas traseras o troyanos de acceso remoto (RAT) que pueden volver a conectarse incluso si el método inicial de entrada está cerrado. Algunos atacantes pueden crear nuevas cuentas de usuario o escalar privilegios dentro del sistema para asegurarse de que pueden moverse libremente.
Mantener la persistencia es crucial. Por ello, los atacantes prueban con frecuencia los patrones de respuesta de la red y adaptan sus tácticas para evitar que salten las alarmas. En esta fase, a menudo acechan durante semanas o meses, observando en silencio y preparándose para la siguiente fase.
Movimiento lateral y recogida de datos
Una vez lograda una presencia estable, los atacantes proceden al movimiento lateral y a la recopilación de datos. Comienzan a explorar la red, buscando datos valiosos y sistemas de interés.
En lugar de atacar todo a la vez, las APT se mueven estratégicamente, saltando de un sistema a otro, a menudo utilizando credenciales legítimas que han cosechado por el camino. Esto hace que sus movimientos sean más difíciles de detectar.
Durante esta fase, los atacantes mapean el entorno interno, acceden a servidores de archivos, bases de datos o plataformas de comunicación y recopilan cualquier información que se ajuste a su objetivo, como documentos clasificados, secretos comerciales, registros financieros u otras credenciales que den acceso a sistemas externos.
Exfiltración y limpieza
La exfiltración de datos suele realizarse en paquetes pequeños para evitar su detección, a veces camuflados como tráfico web normal o enrutados a través de túneles cifrados. En casos más avanzados, los atacantes pueden comprimir y cifrar los datos antes de exfiltrarlos, enmascarando aún más su actividad.
Una vez hecho esto, los atacantes pueden borrar los rastros de su presencia o dejar deliberadamente puertas traseras ocultas para futuros accesos. Las operaciones de limpieza pueden incluir la eliminación o modificación de los registros del sistema, la alteración de las marcas de tiempo o la imitación de la actividad normal del sistema para confundir a los investigadores forenses.
Ejemplos notables de APT
En las últimas décadas, las APT han dejado una huella imborrable en la historia de la ciberseguridad. Aunque ha habido muchas campañas en diferentes regiones y sectores, los siguientes ejemplos destacan por su impacto e implicaciones geopolíticas.
Stuxnet
Descubierta en 2010, Stuxnet suele considerarse la primera ciberarma que causa daños físicos en el mundo real. Se dirigió específicamente a las instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán infectando los sistemas SCADA utilizados para controlar las centrifugadoras.
Lo que hizo que Stuxnet fuera tan revolucionario fue la precisión técnica del malware, así como sus implicaciones políticas y estratégicas. Este ejemplo demostró que los ciberataques patrocinados por el Estado podían penetrar silenciosamente en infraestructuras de alta seguridad y sabotear procesos industriales sin disparar un solo tiro.
Aunque ningún gobierno oficial ha reconocido públicamente su responsabilidad, se cree que Stuxnet fue desarrollado por Estados Unidos e Israel. El gusano pasó desapercibido durante un largo periodo de tiempo, lo que pone de manifiesto el sigilo y la persistencia típicos de las campañas APT.
APT28 (Oso elegante)
APT28 es un actor de amenazas vinculado a Rusia que se cree que está relacionado con la GRU, la agencia de inteligencia militar rusa. Este grupo lleva activo al menos desde mediados de la década de 2000 y es conocido por su espionaje por motivos políticos.
APT28 ha atacado entidades gubernamentales, organizaciones militares, medios de comunicación y grupos de reflexión, especialmente en Europa y Norteamérica. Una de sus operaciones más sonadas fue el ciberataque al Comité Nacional Demócrata (DNC) durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
El grupo es conocido por su uso de tácticas de phishing selectivo, distribución de malware e ingeniería social, y tiende a centrarse en la recopilación de información que respalde los intereses del Estado ruso.
APT29 (Oso acogedor)
Se cree que otro grupo ruso patrocinado por el Estado, APT29, o como se le conoce a menudo, Cozy Bear, está asociado con el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR). A diferencia de las tácticas agresivas y a veces ruidosas de APT28, APT29 es conocida por ser más sigilosa y paciente.
Cozy Bear se centra en la recopilación de inteligencia y a menudo mantiene acceso a largo plazo a sus objetivos sin ser detectado. Este grupo ha estado vinculado a campañas de ciberespionaje contra gobiernos occidentales, organizaciones políticas e instituciones de investigación.
En los últimos años, el grupo atrajo la atención internacional por intentar robar datos de investigación sobre la vacuna COVID-19. Fue un caso más que reforzó su reputación de atacar información sensible y de alto valor vinculada a intereses geopolíticos.
Cómo detectar y prevenir las APT
Según el Informe sobre ciberamenazaslos volúmenes de detección de amenazas vinculadas a la actividad de APT aumentaron un 45% a nivel mundial entre el cuarto trimestre de 2024 y el primero de 2025. A medida que los actores de las APT se vuelven más activos y sus cadenas de ataque más complejas, la necesidad de una detección proactiva y una defensa en capas se hace más urgente.
Las organizaciones deben adoptar un enfoque que combine la tecnología avanzada con el mantenimiento periódico de los sistemas y una plantilla bien preparada para luchar contra las amenazas persistentes. Para ello, deben trabajar en las siguientes áreas de su ciberseguridad.
Supervisión de redes y detección de anomalías
La detección de las APT comienza con una visibilidad constante de lo que ocurre en la red. Dado que las APT operan en silencio, a menudo pasan por alto las señales de advertencia obvias y se mezclan con la actividad normal de la red. Por eso es necesaria una supervisión constante y exhaustiva para detectar amenazas conocidas y detectar comportamientos inusuales que se desvíen de la actividad de referencia.
Las herramientas de análisis del comportamiento pueden ayudar a detectar anomalías, como transferencias de datos inesperadas, intentos de acceso desde lugares inusuales o credenciales comprometidas que se utilizan a horas intempestivas. Estos patrones sutiles pueden ser las primeras pistas de que una APT se ha afianzado.
Protección de puntos finales y gestión de parches
Las estaciones de trabajo, servidores, dispositivos móviles y otros puntos finales se utilizan a menudo como punto de entrada para las APT. Por ello, el uso de plataformas de protección que detecten actividades sospechosas e impidan la ejecución de código malicioso puede ayudar a prevenir los ataques.
Igualmente importante es la gestión de parches, ya que muchos grupos de APT aprovechan vulnerabilidades sin parches para colarse en los sistemas sin ser detectados. Aplicar actualizaciones de software con rapidez y automatizar el despliegue de parches cuando sea posible ayuda a cerrar las brechas de seguridad antes de que los atacantes puedan explotarlas.
Sensibilización y formación de los empleados
Como ya se ha mencionado, muchas APT comienzan con mensajes de phishing. Por lo tanto, los propios empleados son a menudo la primera línea de defensa.
Un equipo bien informado puede evitar que los atacantes lleguen a poner un pie en la puerta. Los simulacros de phishing y la formación periódica en ciberseguridad son herramientas eficaces para fomentar esta concienciación.
Los empleados deben saber cómo detectar correos electrónicos sospechosos, evitar enlaces no seguros, utilizar contraseñas seguras e informar inmediatamente de comportamientos extraños. Estas prácticas pueden parecer pequeñas, pero marcan una diferencia significativa a la hora de detectar y prevenir las APT.
Inteligencia sobre amenazas y planificación de la respuesta a incidentes
Para contraatacar siempre es necesario conocer al enemigo. En el contexto de las APT, las fuentes de inteligencia sobre amenazas son útiles, ya que proporcionan información en tiempo real sobre los métodos de ataque conocidos, las IP maliciosas y la infraestructura de dominios vinculada a los actores de la amenaza. Esta información puede servir de base para las reglas del cortafuegos, las listas de bloqueo y otras medidas preventivas.
ero cuando la prevención falla, como suele ocurrir con las APT, se necesita un sólido plan de respuesta a incidentes. Dicho plan requiere protocolos de comunicación claros, procedimientos de contención, planes de recuperación, revisiones posteriores al incidente y, lo que es más importante, un equipo formado, preparado y capaz de actuar con rapidez.
Lo esencial
Aunque cualquier violación de datos es preocupante, las APT destacan por su complejidad y su impacto a largo plazo. El hecho de que a menudo pasen desapercibidas hasta que se produce un daño real es lo que exige una seguridad proactiva, seguridad por capas en capas.
Como hemos recalcado en todo momento, el correo electrónico suele ser el eslabón débil. Si sus defensas allí son frágiles, el resto de su red está en peligro. No obstante, PowerDMARC puede ayudarle a tomar el control aplicando protocolos de autenticación de correo electrónico como DMARC, SPF y DKIM.
Reserve una demostración hoy mismo para reforzar su perímetro de correo electrónico. No espere a que una APT le recuerde que no todas las infracciones son fáciles de detectar de inmediato.
Preguntas más frecuentes (FAQ)
¿Cuáles son las principales diferencias entre las APT y el malware?
Una APT es un ataque selectivo a largo plazo que suele utilizar múltiples métodos para infiltrarse y permanecer oculto en un sistema, mientras que el malware es una única herramienta en forma de software malicioso que se utiliza en estos ataques o por sí solo para causar daños.
¿Cuánto suelen durar los ataques APT?
Los ataques APT pueden durar meses o incluso años. Están diseñados para permanecer ocultos, recopilando datos en silencio o consiguiendo un acceso más profundo con el tiempo.
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